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Linga Purana II (39-40)


«Son los más bajos instintos los que estimulan a los hombres del Kali Yuga. Ellos eligen preferentemente ideas falsas. No dudan en perseguir a los sabios. El deseo les atormenta. La negligencia, la enfermedad, el hambre, el miedo se extienden. Habrá graves sequías. Las diferentes regiones de los países se opondrán unas a las otras.

Los libros sagrados ya no se respetarán. Los hombres no tendrán moral, y serán irritables y sectarios. En la edad de Kali se extienden las falsas doctrinas y los escritos engañosos.

Las personas tienen miedo ya que descuidan las reglas enseñadas por los sabios y no efectúan ya más los ritos correctamente.

Muchos perecerán. El número de príncipes y de agricultores disminuirá gradualmente. Las clases obreras quieren atribuirse el poder real y compartir el saber, la comida y los lechos de los antiguos príncipes. La mayor parte de los nuevos jefes es de origen obrero. Ellos perseguirán a los sacerdotes y a los que tengan sabiduría.

Se mata a los fetos y a los héroes. Los obreros quieren desempeñar el papel de intelectuales, los intelectuales el de obreros. Los ladrones se convierten en reyes y los reyes en ladrones. Raras son las mujeres virtuosas. Se extiende la promiscuidad. La estabilidad y el equilibrio de castas y de las edades de la vida desaparecen por todas partes. La tierra no produce casi nada en algunos lugares y produce mucho en otros. Los poderosos se apropian de los bienes públicos y dejan de proteger al pueblo. Sabios de baja cuna son honrados como si fueran brahmanes y entregan a gente que no es digna de ello los peligrosos secretos de las ciencias. Los maestros se envilecen vendiendo su saber. Muchos se refugian en una vida errante. Al final del Yuga el número de mujeres aumenta y disminuye el de los hombres.

Durante la Edad de Kali, el Gran Dios, Shiva, el pacificador azul obscuro y rojo, se revelará a todos bajo un disfraz para restablecer la justicia. Quienes vayan a él se salvarán.

Al final del Yuga, los animales se hacen violentos, el número de vacas disminuye. Los hombres de bien se retiran de la vida pública. En la plaza del mercado se venden alimentos ya cocidos. También los sacramentos y la religión se venden.

La lluvia es errática. Los comerciantes deshonestos. La gente que mendiga o busca empleo cada vez es más numerosa. Nadie deja de emplear un lenguaje grosero, nadie cumple su palabra, todos son envidiosos. Gente sin moral predica a los demás la virtud. Reina la censura. En las ciudades y pueblos se forman asociaciones de criminales. Faltarán el agua y los frutos. Los hombres perderán el sentido de los valores. Tendrán dolores de vientre y llevarán los cabellos en desorden. Al final del Yuga, nacerá gente cuya esperanza de vida no llegará a los dieciséis años. La gente envidiará los vestidos de los demás. Los ladrones robarán a los ladrones. Muchos se volverán letárgicos e inactivos, las enfermedades contagiosas, las ratas y las serpientes atormentarán a los hombres. Hombres sufrientes de hambre y de miedo se encontrarán a orillas del río Kaushiki (el Bengala).

Nadie vivirá ya la normal duración de la vida, que es de cien años. Los ritos perecerán en manos de hombres sin virtudes. Gente que practicará ritos descarriados se extenderá por todas partes. Gente no cualificada estudiará los textos sagrados y se autoproclamará experta. Los hombres se matarán entre sí y matarán también a los niños, las mujeres y las vacas. Los sabios serán condenados a muerte.

Sin embargo, algunos llegarán a la perfección en muy poco tiempo. Excelentes brahmanes seguirán practicando los ritos.» (Linga Purâna, II, cap. 39 y 40).»
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Daniel 12 (1-10)


1 «En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será aquél un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todos los que se encuentren inscritos en el Libro.» 2 «Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno. 3 Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a la multitud la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.»

4 «Y tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del Fin. Muchos andarán errantes acá y allá, y la iniquidad aumentará.»

5 Yo, Daniel, miré y vi a otros dos que estaban de pie a una y otra parte del río. 6 Uno de ellos dijo al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: «¿Cuándo será el cumplimiento de estas maravillas?» 7 Y oí al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, jurar, levantando al cielo la mano derecha y la izquierda, por Aquel que vive eternamente: «Un tiempo, tiempos y medio tiempo, y todas estas cosas se cumplirán cuando termine el quebrantamiento de la fuerza del Pueblo santo.» 8 Yo oí, pero no comprendí. Luego dije: «Señor mío, ¿cuál será la última de estas cosas?» 9 Dijo: «Anda, Daniel, porque estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del Fin. 10 Muchos serán lavados, blanqueados y purgados; los impíos seguirán haciendo el mal; ningún impío comprenderá nada; sólo los sabios comprenderán. Contando desde el momento en que sea abolido el sacrificio perpetuo e instalada la abominación de la desolación: mil doscientos noventa días. Dichoso aquel que sepa esperar y alcance mil trescientos treinta y cinco días. Y tú, vete a descansar; te levantarás para recibir tu suerte al Fin de los días.»

Franciscus Patrizius, Hermes Trismegistus…
Amsterdam 1643

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Hermes: Nag Hammadi VI. (Apocalipsis del Asclepio)


«Se preferirán las tinieblas a la luz, y se preferirá la muerte a la vida; nadie levantará al cielo su mirada; sino que el hombre piadoso será tenido por loco, el impío honrado como sabio, el cobarde tomado por valiente y al hombre de bien se le castigará como a un malhechor. En cuanto al alma y a las cosas del alma así como a las de la inmortalidad y al resto de lo que os he dicho, oh Tat, Asclepio y Ammón, no solamente se pensará que (se trata de) cosas ridículas, sino que incluso serán objeto de mofa. Es más, creedme sobre este punto, las (personas espirituales) de esta clase correrán el mayor peligro en cuanto a su vida; y una nueva ley será establecida. […] (y se) ir(án), (las divini)dades bien(hechoras), y los ángeles malvados permanecerán con los hombres, siguiendo con ellos para arrastrarlos al mal con total impudicia y a la impiedad, así como a las guerras y al bandidaje, enseñándoles todo lo que es contra natura. En esos días, la tierra ya no tendrá sus cimientos, y no se navegará más por el mar, ni se conocerán las estrellas que (están) en el cielo. Toda voz santa (que exprese) la palabra de Dios deberá callar, y el aire enfermará. Es ésa la vejez del mundo: la impiedad y la deshonra, y el caso omiso a (toda) palabra de bien.  Ahora, cuando todos estos acontecimientos tienen lugar, oh Asclepio, entonces el Señor, el Padre y el Dios, el Demiurgo del primer Dios único, comienza por observar lo que se ha producido; y, tras haber opuesto al desorden su designio, que es el bien, extirpa el error, y a la malicia, la suprime: unas veces la sumerge bajo un diluvio de agua, otras la consume en un fuego violento, otras en fin la aplasta bajo guerras y epidemias, hasta devolver (su universo al antiguo estado) … de esta obra. Y tal es el nacimiento del mundo, el restablecimiento de las (cosas) santas y buenas, que se producirá en el transcurso de un movimiento circular del tiempo que jamás ha tenido comienzo, pues la voluntad de Dios no tiene principio, como tampoco su naturaleza, que es su voluntad. En efecto, la naturaleza de Dios, (es) la voluntad, y su voluntad, (es) el bien.» (Manuscrito del Asclepio copto de Nag Hammadi, VI, 72.8-74.17).

Imagen

Fr. Matías de Irala, Método sucinto
y compendioso…, Madrid 1739

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Hesíodo – Los Trabajos y los Días 188-200


«Zeus destruirá igualmente esta estirpe de hombres de voz articulada, cuando al nacer sean de blancas sienes. El padre no se parecerá a los hijos ni los hijos al padre; el anfitrión no apreciará a su huésped ni el amigo a su amigo y no se querrá al hermano como antes. Despreciarán a sus padres apenas se hagan viejos y les insultarán con duras palabras, cruelmente, sin advertir la vigilancia de los dioses –no podrían dar el sustento debido a sus padres ancianos aquellos [cuya justicia es la violencia–, y unos saquearán las ciudades de los otros]. Ningún reconocimiento habrá para el que cumpla su palabra ni para el justo ni el honrado, sino que tendrán en más consideración al malhechor y al hombre violento. La justicia estará en la fuerza de las manos y no existirá pudor; el malvado tratará de perjudicar al varón más virtuoso con retorcidos discursos y además se valdrá del juramento. La envidia murmuradora, gustosa del mal y repugnante, acompañará a todos los hombres miserables.

Es entonces cuando Aidos y Némesis, cubierto su bello cuerpo con blancos mantos, irán desde la tierra de anchos caminos hasta el Olimpo para vivir entre la tribu de los Inmortales, abandonando a los hombres; a los hombres mortales sólo les quedarán amargos sufrimientos y ya no existirá remedio para el mal.»

ImagenSaturno comiendo a su progenie
Grabado de 1528

 

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Mateo 24 (1-27)


1 Salió Jesús del Templo y, cuando se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle las construcciones del Templo. 2 Pero él les respondió: «¿Veis todo esto? Yo os aseguro: no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derruida.» 3 Estando luego sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él en privado sus discípulos, y le dijeron: «Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo.»  4 Jesús les respondió: «Mirad que no os engañe nadie. 5 Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy el Cristo’, y engañarán a muchos. 6 Oiréis también hablar de guerras y de rumores de guerras. ¡Cuidado, no os alarméis! Porque eso es necesario que suceda, pero no es todavía el fin. 7 Pues se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá en diversos lugares hambre y terremotos. 8 Todo esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento. 

9 «Entonces os entregarán a la tortura y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. 10 Muchos se escandalizarán entonces y se traicionarán y odiarán mutuamente. 11 Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos. 12 Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará. 13 Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará. 

14 «Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin. 15 Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, anunciada por el profeta Daniel, erigida en el Lugar Santo (el que lea, que entienda), 16 entonces, los que estén en Judea huyan a los montes; 17 el que esté en el terrado, no baje a recoger las cosas de su casa; 18 y el que esté en el campo, no regrese en busca de su manto. 19 ¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! 20 Orad para que vuestra huida no suceda en invierno ni en día de sábado. 21 Porque habrá entonces una gran tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni volverá a haberla. 22 Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días. 

23 «Entonces, si alguno os dice: ‘Mirad, el Cristo está aquí o allí’, no lo creáis. 24 Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos. 25 ¡Mirad que os lo he predicho! 

26 «Así que si os dicen: ‘Está en el desierto’, no salgáis; ‘Está en los aposentos’, no lo creáis. 27 Porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo del hombre.»El Juicio - Arcano del tarot 

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